Los habitantes de Menorca somos personas orgullosas de nuestra isla y de nuestro pasado. Y no hay nada que encarne mejor los orígenes de la isla que la civilización talayótica y el rico patrimonio megalítico que nos legó. A lo largo y ancho de los 700 km2 de la isla, existen 1.500 yacimientos talayóticos, especialmente concentrados en la mitad sur. Un total de 280 se han reunido en una candidatura conjunta a Patrimonio de la Humanidad que se presentará ante la Unesco este mes de febrero y será evaluada de cara a 2022.
El patrimonio talayótico es una presencia casi ubicua en Menorca. Las señales que indican la existencia de uno u otro yacimiento aparecen a pie de carretera, junto a los caminos y en todos los mapas y elementos promocionales de la isla. Todo visitante con un mínimo sentido de la curiosidad se familiariza rápidamente con el icono que representa una taula y que identifica gráficamente la Menorca talayótica.
Menorca 360º tiene una sensibilidad especial por el patrimonio talayótico, que nos gusta admirar y valorar. Nuestros programas incluyen el paso por muchos de sus principales yacimientos. Dar a conocer nuestro pasado y disfrutar a la vez de las construcciones que han pervivido de aquellos pobladores, tiene mucho sentido y contribuye a conocer y amar más y mejor la isla.
Un poco de historia
La civilización talayótica medró en Menorca durante la Edad del Bronce y la Edad del Hierro y su huella se extiende desde antes del año 1000 a.C. hasta el 123 a.C., fecha de la llegada de los romanos e inicio de la romanización. Antes del talayótico, los pobladores de la isla se establecían de forma dispersa, en asentamientos unifamiliares conocidos como navetas de habitación.
Con el inicio del talayótico, la población se empezó a concentrar en poblados mayores, desarrollados alrededor de una construcción con forma de torre denominada talayot y que contaban con calles y otros espacios de uso público. Aquella gente se dedicaba principalmente a la agricultura y la ganadería de cabras y ovejas.
Durante más de diez siglos de evolución, evidentemente la civilización talayótica fue progresando. Hacia el 500 a.C., ya no se construían más talayots y, en cambio, los poblados comenzaban a levantar murallas y fortificaciones. Era la consecuencia del contacto con forasteros, que trajo también una intensificación del comercio.
La expansión del imperio romano en el Mediterráneo y la derrota de los cartagineses, condujo a la anexión de las islas Baleares el año 123 a.C. A partir de entonces, los habitantes de Menorca fueron modificando su estilo de vida, olvidando la cultura talayótica y adoptando las costumbres romanas.
Tipos de construcciones
Los participantes de Menorca 360º pueden descubrir, a lo largo de los caminos y los paisajes de la isla, toda la gama de construcciones propias de la cultura talayótica. Las estructuras más comunes y destacables del patrimonio talayótico son:
Talayots: Estas grandes torres de forma troncocónica fueron las construcciones más representativas del talayótico inicial. Las hay de diferentes tipos, pero tienen en común su uso público y su simbolismo como elemento de cohesión social. No está del todo clara la función que desarrollaban.
Navetas de enterramiento: Originarias de un periodo anterior al talayótico, son tumbas colectivas construidas con doble pared de piedra seca. Se dejaron de utilizar relativamente pronto, pero algunas de ellas figuran entre los yacimientos más importantes de la isla.
Cuevas: La civilización talayótica fue sustituyendo las navetas de enterramiento por cuevas naturales que cerraban con muros de piedra. Estaban situadas en lugares alejados de los poblados, tales como barrancos y acantilados.
Hipogeos: Con el paso de los siglos, y especialmente en el talayótico final, las cuevas naturales fueron dejando paso a cavidades excavadas que llegaban a conformar necrópolis de grandes dimensiones. Continúan siendo tumbas colectivas donde se celebran rituales complejos.
Recintos de taula: Esta construcción destaca por su taula central, un elemento con forma de T conformado por una piedra vertical coronada por otra horizontal. Algunas superan los cuatro metros de altura. Los recintos realizaban una función como de santuario, y en su interior se llevaban a cabo varios tipos de rituales.
Círculos de habitación: En el talayótico final, las residencias familiares tomaban esta configuración circular, que incluía un patio central y diferentes espacios domésticos donde desarrollar todas las actividades del día a día.
Algunos yacimientos
Los diferentes programas de Menorca 360º ofrecen a los participantes la posibilidad de contemplar algunos de los yacimientos más destacados de la isla, como Trepucó, Torre d’en Galmés, Torralba d’en Salort, Talatí de Dalt y Torretrencada. Además, nuestros caminos también pasan por algunos otros talayots como los de Cornia Nou o Torelló, el dolmen de Ses Roques Llises, las navetas de Rafal Rubí y muchos otros elementos significativos del patrimonio prerromano de la isla.